El barrio porteño de La Boca, agrega espacios culturales, que atraen a vecinos y turistas.
La Boca, el barrio que más visitantes extranjeros recibe, va sumando espacios artísticos, por lo que ya son más de 200 los sitios culturales, que son visitados por los turistas locales e internacionales, debido a las propuestas culturales y por la historia que residen en sus calles. En este sentido, es reconocido como un barrio lleno de encanto, con espacios artísticos emblemáticos.
En la actualidad son más de 200 los espacios culturales que se pueden disfrutar en el barrio, como por ejemplo los talleres de diferentes categorías, arte, exposiciones y museos.
Hace uno días se inauguró la segunda sede de Proa, por lo que ya está todo listo para que los vecinos y turistas puedan acercarse a conocerlo y disfrutar sus instalaciones y ofertas culturales.
Adriana Rosenberg, su directora manifestó a un medio de prensa que “Año a año va creciendo. Cada vez hay más ofertas en un circuito con mucho para ver. En Proa estamos muy dedicados a las grandes muestras de artistas internacionales, como la muestra de Ai Weiwei, con llegada a una buena cantidad de público. Y como en arte siempre te falta espacio, por eso decidimos abrir Proa 21, un nuevo espacio que va a estar muy dedicado a la experiencia y la experimentación artística”.
Por otra parte, este lugar será uno de los pilares de la Usina del Arte donde se mezclan desde galerías talleres, con las residencias de artistas dedicados en su mayoría al arte contemporáneo.
Así ocurre con la galería Quadro, que el año pasado se mudó de la localidad de Martínez al Barrio de La Boca, con la intención de ser parte del circuito. Dice Federico Gonz, su director sostuvo que “Cuando la galería empezó a crecer empecé a mirar un poco el circuito en Capital Federal y ahí me encontré con que los dos barrios o escenas donde está el arte contemporáneo eran La Boca y Villa Crespo. Como mi proyecto tiene que ver mucho con el espacio se amoldaba más a La Boca”.
Federico Gonz, contó que en la esquina de Caffarena y Villafañe encontró una vieja casona, que tenía la fachada casi original de 1907, que queda muy cerca de la Usina del Arte y otras galerías como Barro o Walden, lo que terminan conformando un atractivo circuito turístico y cultural, que resulta ser un sitio ideal para los visitantes.
