Ubicado en Almagro, el espacio teatral La Lunares Teatro debió cerrar sus puertas al no poder afrontar las tarifas del último año. La creciente crisis económica sigue día a día afectando el comercio de nuestro país. Locales de comidas, indumentaria, pymes y hasta asociaciones barriales se vieron imposibilitados de continuar sus actividades debido al incremento de las tarifas y el poco nivel de consumo de sus clientes. La semana pasada fue el turno de La Lunares, un emblema del teatro porteño, que llevaba cuatro años en funcionamiento.
Ubicado en Humahuaca 4027, el espacio era habitué de jóvenes actores, elencos y artistas de lo más diverso, que encontraban en sus puertas una casa de encuentro, trabajo, reflexión y amigos. Desde el espacio comentan que si bien el año pasado fue bueno en cuanto a convocatoria, las exigencias de tener una sala teatral, conllevan enormes sacrificios, desde lo humano pero sobre todo desde lo económico. Sumado a esto, existe una incomprensión de los medios artísticos de la ciudad, donde se ataca la cultura y se pondera la ubicación geográfica de un edificio, donde el ojo inmobiliario siempre esta acechando.
La Lunares es una vieja casona de Almagro que cuenta con una sala para 40 espectadores. Con entradas que no superaban los $200, un precio estándar en el circuito teatral, y una sala con una capacidad reducida de butacas, las cuentas empezaron a apretar el bolsillo de los responsables del lugar.
“Hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos para superar los obstáculos, pero aun así éstos están siendo más grandes que la resistencia que podemos ejercer”, dijo su responsable, Ruth Palleja, al comunicar la decisión de cierre en sus redes.
El pasado fin de semana se presentaron las últimas funciones y sus luces dejaron de brillar. Finalizadas las actividades se comenzó el desarme del espacio, poniendo a la venta el edificio, las luces, telones, mobiliarios y todo lo que componía a La Lunares. En lo que va del año ya son diez los espacios cultuales que dijeron basta, a pesar del amor de los responsables que llevan adelante estos lugares de resistencia y lucha.
