En el mítico Castillo de Sandro, ubicado en el barrio porteño de Boedo, el ídolo de América ya tiene su merecida escultura.
Roberto Sánchez, más conocido como Sandro, nació un 19 de agosto pero hace 76 años. En la actualidad el Castillo pertenece a su viuda, Olga Garaventa, y allí funciona un restó temático, el Cultural CAVA y Radio Amep.
En momentos en que se celebraba un nuevo aniversario del nacimiento del ídolo de la música, seinauguró la obra que lleva el nombre de “Sandro Iluminado“, que fue colocada justamente en su Castillo, que se encuentra en Avenida Pavón 3939.
La obra consta de una estructura medieval ubicada, y su escultor es Alejandro Marmo, quien también es el autor de la Evita de acero que brilla en la fachada del Ministerio de Desarrollo Social.
Durante el evento que se realizó este sábado, estuvieron presentes la diputada nacional y precandidata del Frente de Todos, Gisela Marziotta, la viuda de Sandro, Olga Garaventa, su hijo, Pablo Ferraudi y el artista de la obra, Alejandro Marmo.
En este sentido, la diputada Gisela Marziota, durante el homenaje señaló: “Estamos iluminando la Ciudad con íconos populares. Estamos empezando a acercarnos a la vida que queremos”.
En tanto, quienes tampoco podían faltar fueron las que acompañan al ídolo desde hace mas de 20 años, sus nenas, las fans históricas, quienes frente al castillo cantaban las canciones de su ídolo.
Por su parte, el artista, Alejandro Marmo, indicó que “Todo lo popular conlleva algo divino. Sandro es parte de una serie de trabajos que estamos contando en la calle, es la nueva historia de la Argentina. Lo popular a veces se confunde con embrutecer al pueblo, pero creo que la emoción popular trae consigo una divinidad que llega a los corazones de la gente. Sandro es una cultura en sí misma, como lo es Evita, en otra escala”.
Luego, también en diálogo con Página12, la viuda de Sandro, manifestó: “Estoy muy emocionada, parece mentira todo esto. Este es un lugar muy emblemático, con mucha historia. Acá fue donde lo conocí trabajando y después terminó siendo mi esposo”.
“Cada día que pasa me pregunto si puede ser que esto haya sido realidad o un cuento de hadas. Fue un regalo“, dijo con clara emoción Olga Garaventa.
